Fragmento sobre imitaciones

Cuando yo lo imitaba él se estiraba hacia atrás en el baño. Nunca supe decir si era de indignación o de agrado ante mis movimientos exagerados y la voz ligeramente gangosa. Entonces pasó todo lo del accidente y en la tele salieron notas sobre eso y también salieron notas sobre la muerte de tal o cual comentarista deportivo. Tres días después a él lo trasladaron a la única iglesia del barrio y antes de la hora de almuerzo en el matinal opinaban sobre las imitaciones del finado: la imitación debe morir cuando se muere el modelo. Yo me fui a mirarlo a él en su caja de madera y me estremecí con el frío de la sala y la inmovilidad de la cabeza detrás del vidrio. Me pregunté entonces si no valdría la pena imitarlo una última vez, pero en eso entró su madre y yo me tuve que morder la lengua para que no se me escapara ninguna de sus frases típicas.

2 comentarios:

oye, de CUÁNDO es esta hermosidá :O
cuando vi tu blog pensé en saramago inmediatamente ^^
besitos, linda

Anónimo dijo...
23 de junio de 2008, 6:45 p. m.  

No creo que hubiera caído nada bien una imitación de último momento, pero creo que era más un tributo.

Quiroga dijo...
23 de junio de 2008, 11:38 p. m.  

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