Fragmento sobre lavar ropa

En ese momento me dan ganas de darle un abrazo a mamá, pero ella se me adelanta para levantarse de la silla, y sale corriendo hacia el patio mientras se pone a chillar:
—La ropa, ¡la ropa!
Eso es lo malo de cuando llueve en febrero. Ni siquiera me preocupo de ir a ayudar a mamá, aunque la lluvia es bastante más fuerte de lo que yo habría esperado.

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